Durante las últimas dos décadas las tendencias de turismo han experimentado ciertos cambios y el turismo cultural sigue creciendo de manera exponencial.
Este tipo de turismo resalta los aspectos culturales de una ciudad, región, país, o una zona determinada y, al igual que el turismo de negocios, tampoco es estacional y engloba a una amplia variedad de actividades como las que tienen que ver con las costumbres de una zona, visitas a museos, aprender una lengua, etc. En definitiva, los viajeros llegan a una ciudad atraídos por el valor cultural, su significado histórico, y a la vez combinado con ocio y diversión.
El turismo cultural atrae a personas interesadas en conocer rasgos distintivos de una región
En muchas regiones el turismo cultural juega un papel muy importante y es un medio muy valioso para darse a conocer y aportar valor al patrimonio.
Cada vez son más las personas interesadas en este tipo de turismo, no solo entre quienes deciden de manera explícita viajar hasta un lugar para conocer más sobre su cultura, sino también entre quienes viajan por negocios, que aprovechan la ocasión para combinar los negocios con el placer, a pesar de que en ocasiones disponen de poco tiempo para hacerlo.
El perfil del turista cultural es el de una persona motivada por conocer los rasgos distintivos de un territorio con un nivel socio-económico medio y alto, quien además pasa entre 1 a 6 días en el destino elegido y con un gasto alto relacionado en dormir, comer y disfrutar de los detalles que le han motivado a llegar a determinado lugar.
El turismo cultural enriquece a nivel personal
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